domingo, 23 de octubre de 2011

Aprender de lo adverso


 Intensas y duras pruebas nos propone la vida hasta llegar al límite de nuestras fuerzas, y si esos límites son sobrepasados es que no supimos conocernos a nosotros mismos.
 
 Muchas veces nos puede parecer que nos toma por sorpresa pero eso es porque no vimos las señales preparatorias que anunciaban la llegada del evento, sucesos recurrentes en intensidad moderada que nos van dando capacidad de afrontar lo que pensamos es una catástrofe.
 
 Después de todo, cada uno de nosotros somos apenas insignificantes para el universo pero también somos un universo en si mismo. Cada idea, cada palabra, cada sentimiento nos van construyendo mundos de armonía y caos en constante evolución hacia el intento de un equilibrio.
La perfección no es absoluta paz y felicidad, la perfección es inalcanzable. Un nivel óptimo de balance entre lo bueno y lo malo es lo mayor a la que podemos aspirar. Si en lo adverso de una situación, que nos parece consumir, logramos ver el apoyo sincero de tantas personas que nos quieren ahí podremos saber que antes de estar mal no lo supimos hacer, cuanto más ciegos estemos a nuestros seres queridos más fuerte será el golpe que el destino nos depare para que abramos los ojos y veamos que hasta en el mas profundo dolor de nuestro corazón siempre hay alguien dispuesto a dar todo por nosotros y levantarnos. Si nos permitimos a nosotros mismos que esas personas nos ayuden ahí mismo sabremos que podemos enfrentar la adversidad por mas grande que sea.